“FATIGA TANTO ANDAR SOBRE LA ARENA …”
...extraído de una poesía de Miguel Hernández, es el
lema que invita a participar en el Triatlón de Media Distancia de Elche
Arenales 113.
-Hay gente que se ríe
cuando otros dicen que eres todo un campeón sólo por apuntarte a una dura
carrera, sólo eres capaz de comprenderlo cuando realmente has hecho esa
carrera.-
Domingo, 22 de Abril de
2012.
Por delante 1,9 km de natación en aguas
abiertas, 90 km
de ciclismo y 21 km
de carrera a pié.

En primer lugar destacaré
mi sorpresa ante la masificación de triatletas que acudían a la cita; cuanta gente, que “pepinos” llevan
algunos… pero sobretodo destacar el buen ambiente que se respiraba,
principalmente entre los componentes del club y el Club Almenara Triatló.
Desde la recogida de
dorsales del día anterior a la carrera, las horas estaban contadas, los
nervios, la concentración y la tensión hacían mella. Por suerte, entre todos
conseguían distraerte y dejar un poco de lado ese estrés y canguelo acumulados.
Empezamos bien la
jornada;
5.30 am, ¡toca desayunar en equipo! Cada uno con su propio ritual y sus hábitos,
ya se puede observar como algunos han empezado ya a su propia prueba…solo hay
que ver las caritas.
6.45 am, salimos del hotel hacia Arenales, por si algunos no estábamos nerviosetes,
nos perdemos un poquito y llegamos bastante apurados a la carrera…
7.20 am llegamos al sitio, corriendo con todos los trastos hacia los boxes.
7.50 am, todo listo, un último repaso estratégico, abrazo correspondiente a mi
hermano David, y a llenar las cámaras de salida.
7.55 am, 1ª salida del Trilavall, (Rubén, Peque, Josevi) intento colocarme
bastante adelante con Rubén, (el está más habituado) me ha aconsejado mucho y
me sirve como referencia…¡grande! El agua está muy estable, incluso se ve el
fondo sin problemas, pero ¡fría fría! Aunque lo cierto es que ni lo pienso
hasta que llego a la primera boya, trato de llevar un ritmo alegre y
constante…ya veo la salida…
8.00 am, saldrían Sr. Negro y Abe, Negrito
marca un gran tiempo de 29’ !
8.05 am, última salida, en ella David sería el único componente por salir del
Trilavall.
Generalmente, los tiempos
y las sensaciones son buenas en el sector de natación, ¿ya estamos todos? Pues
va, ¡al lio!

La transición es un
desastre, no encuentro mi sitio, tengo un pequeño mareo y no me aclaro a
quitarme el neopreno, total, casi 5 minutos me tiro en el box! Los demás no
tienen demasiados problemas.
Alucinamos con la salida
de la 1ª transición, ¡una señora rampa que te cagas! O te calas como una bala o
ya te apañarás para subirte a la bici, creo que ahí se les fue un poco la mano,
poco espacio, mucha gente y sin margen llano para subirte a la bici, un
espectáculo, preguntarle al Negro sino….
Comienza la parte más
larga y duradera de la carrera, el sector ciclista no parece ser demasiado complejo,
la mayor parte se desarrolla en tramos de carretera y autovía bastante llanos.
Lo que realmente nos preocupaba la jornada anterior era el viento, y aunque no
fue caótico se hizo notar y ello se plasmo en los tiempos.
Personalmente me
encontraba genial, la primera cuesta nada más salir se hizo muy pesada, pero al
poco tiempo cogí buen ritmo, sabía que esto acababa de empezar pero lo cierto
es que más adelante me arrepentiría de no haber dosificado bien las energías…
A lo largo del circuito
(en algún cambio de sentido) buscaba con la mirada a mis compañeros, tanto del
trilavall como del CAT, me alegraba poder ver a la mayoría y comprobar que
también mantenían un buen ritmo, daban la sensación de estar disfrutando de la
carrera.
Antes de llegar al
circuito de la autovía pude ver a lo lejos un culete rosa, al cual fui poco a
poco acercándome, era Rubén, había salido del agua en apenas 30’ , le hice un gesto “cariñoso”
y seguí mi camino, pronto nos volveríamos a ver.
Los avituallamientos se
encontraban en los km 30 y 60 del circuito, poco antes de la segunda llegada
pasa por mi lado Carlos del CAT, me pregunta que como voy; “guay, guay, empiezo
a notar algo en las piernas, jaja, ¡vamos fenómeno!”
Los últimos km se me
hacen un poco largos, empiezo a notar la zona lumbar, la cervical y el culete
ya no se adapta bien a ninguna posición.
La llegada va a ser
frenética, la carretera de vuelta se hace estrecha, a pesar de ser: No Drafting
Series, en diversos momentos se ve como no todo el mundo respeta las normas, se
puede observar algún que otro grupito, relevos, etc.
De vuelta a la playa hay
mucho viento en contra, la sensación es brutal y más si no quieres perder demasiado
tiempo.
Un último repecho y
bajamos rápidamente para realizar la 2ª transición, aquí me vuelvo a encontrar
con Carlos del CAT, llegamos prácticamente juntos a la transición.
Esta transición sale
bastante mejor, me llevo un par de geles y algo de comer, aunque no me harían
mucha falta, la organización en cuanto a los avituallamientos es excepcional.

Salgo realmente fatal,
las piernas las tengo muy cargadas, me duelen todos los músculos del tronco y
no consigo coger ritmo, por si fuera poco, nada más salir ya tenemos la rampa y
escaleras, al volver a la avenida pienso que este sector se me va a hacer
interminable, voy a tener serios problemas, sobretodo psicológicos…
No llevaría ni 4km cuando
escucho una voz familiar tras de mí, es Vilaman del CAT, me da ánimos y se va
tranquilamente como si no le costara nada, veo totalmente imposible coger un
ritmo similar. Poco después, hace lo propio Rubén, le veo bien, aunque a estas
alturas para mi, todos van genial ¡menos yo!
El isquiotibial derecho me
está matando!! Me duele todo, no me entran ni los geles, mi ritmo es lamentable
pero no puedo rendirme, tengo que seguir aunque sea tan tristemente.
Antes de llegar a la
playa, (sería el km 6) me pasa como una centella el Sr. Negro, menudo ritmazo
lleva, joder que envidia! Iría a poco más de 4’30’’el km, me da ánimos: “tu
corre, es todo cabeza, corre y no pares”, grandes palabras, pero estoy metido
en una lucha interna conmigo mismo que todavía no ha terminado…
Sorprendentemente, al
salir de la zona de arena, la fatiga me concede un respiro, pienso en las
palabras de Alberto y me digo a mi mismo; “eso es, cabeza, voy a correr y por
nada del mundo voy a parar”

Por fin, veo a mi hermano
David! Le veo genial, lleva su propio ritmo pero sonríe y me alegro
enormemente.
Aquí llegaría el momento
que desgraciadamente marcaría mi carrera, llego bien a la zona de meta donde
hay que girar y realizar la segunda y última vuelta, voy detrás de 3 triatletas
que también acaban la primera vuelta, hay una valla justo en medio de la
entrada, la primera reacción es entrar por la derecha pero una señorita muy
simpática con polito azul me dice que por ahí no, por la otra cara de la valla,
sigo sus instrucciones (yo y los 3 que iban delante de mi), al salir recto me
extraña no poder acceder al avituallamiento, ya que la avenida esta separada
por conos…algo me huele mal, pero sigo hacia delante.
Al llegar al km 15
aproximadamente, me pasa Carlos como una bala, y pienso “que fuerte está el
cabrón” y por otro lado, está claro, la he cagado…de todos modos, voy a seguir
hasta el final.
Veo a Abe, también
fastidiaete pero seguro de acabar, “vamos máquina!”
En la pasarela se me
bloquea completamente el isquiotibial derecho, me asusto un poco, no puedo ni
caminar, tengo que parar y estirar unos segundos, finalmente tiro como puedo,
ahora se asomarían los gemelos a saludar, hacen la intención de subir pero no
llegan a fastidiarme del todo.
Confirmo definitivamente
mi error, una pancarta señala el km 19,5, mi garmin apenas marca 17.
La última recta, veo
también a Peque que va de camino al segundo avituallamiento y de nuevo a mi
hermano, me alegro por ellos, les veo bien, estoy seguro de que acabaran en
condiciones.

No ha ido bien, pero era
la primera vez, no pasa nada, me quedo con todo lo bueno y lo malo, solo me
cabe aprender de esta gran experiencia.
Me olvido un poco de mi y
me quedo al lado de la meta, a esperar y aplaudir a todos mis compañeros, que
grandes que son!!! Especialmente espero ansioso al abrazo de mi hermano David,
se que ha costado ¡pero ya está brother!
Ha sido una carrera dura,
por momentos sufrida y angustiosa, como “El
rayo que no cesa” de Miguel Hernández, pero sin duda vale la pena seguir disfrutando
a sorbos de la plenitud física y mental que proporciona cada vez pasar por la
meta.
Elche…hasta el año que
viene!!
JOSEVI SALVADOR